martes, 4 de octubre de 2016

(Cáp. 05) La persecución



El rodó en una dirección y la empujó a ella en la otra, la mandíbula que no tendría menos de un metro solo mordió un poco del polvo del suelo dejando varias huellas sobre el suelo, fue el turno de Lissy en paralizarse un segundo de más, los ojos vacíos la miraban, Ian no se hizo esperar, tomó la primer roca que encontró al alcance de su mano y se la arrojó al cráneo, solo fue un chasquido que no le hizo el menor de los daños, incluso dudaba que lograra llamar su atención con eso, ni siquiera estaba viva esa cosa, pero fuera la razón que fuere funcionó, y los ojos fijos se giraron para mirarlo a él, la bestia comenzó a erguirse hasta casi tocar la parte superior de la caverna, algo más estrecha en aquella sección
-Lissy, vámonos de aquí
Finalmente la muchacha había logrado reaccionar, se puso de pie con la presteza de un felino, en dos ágiles pasos había alcanzado a Ian tratando de sostener la llama que temblaba entre sus dedos y se lanzaron juntos a la carrera, tratando de evitar tropezar con los pedruscos que encontraron a su paso
Fuera quizás la prisa, el temor, el miedo de lo que había pasado, o el terror tan vivido que sintieron al voltear y ver esa cosa que comenzaba a perseguirlos y le daba rápido alcance los que no les hizo ser concientes de la dirección que tomaban, y en la segunda bifurcación equivocaron el camino tomado, en escasos metros descubrieron era solamente un túnel que llegaba abruptamente a una pared derrumbada, no había salida
-Hay Dios, hay Dios, Hay dios…
Ian comenzó a temblar, tanteaba la pared y escarbaba sacando pequeñas piedras intentando abrir una brecha en una muralla que seguramente tuviera varios metros de ancho o que quizás no conduciría a ningún lado, Lissy estaba, imitando a su tío, realizando varias maldiciones en idiomas que para Ian carecían de significado pero que por el tono utilizado estaba muy claro que eran groserías
La pobre chica no podía creer que todo hubiera empezado tan mal, era su primer encuentro con algo mágico, su primer oportunidad de demostrar que era valiosa para el gremio, era la encargada de proteger al jinete y salvar su vida a costa de la propia, lo sabia muy bien, si era necesario, y ahora, a solo unos días de llegar, en las primeras horas de que el muchacho recuperaba su conciencia, y por su culpa ya estaban en un peligro de muerte, se sentía increíblemente mal
Pero las cosas se complicaron de inmediato, el dragón ya los había encontrado y se acercaba lentamente, pavoneándose por el único camino que llegaba a los chicos como si supera que estaban condenados, Ian para sus adentros, dentro del terror, imaginaba que al menos no los comería, ¿Que sentido tendría que un esqueleto los comiera? Pero aquellas garras podrían partirlos en dos de un solo zarpazo ¿Donde diablos estaba la magia de la que Lissy alardeaba tanto?
-Lissy usa tu magia
-Pero es un dragón…
-Me da igual que sea el Dios Poseidón o la reencarnación del Dalai Lama, nos va a hacer puré si no haces algo
-Pero no puedo…
-¡¡Intenta algo Maldición!!
Lissy intentó lo primero que se le vino a la cabeza, murmuro varias palabras rápidas y sopló al bola de fuego que tenía en la mano, de ella una poderosa llamarada se expandió hasta cubrir la bestia y toda la caverna de lado a lado durante unos segundos, cuando terminó, la bestia, si es que podía estarlo, solo parecía más furiosa
-¿Fuego contra un dragón?
-Dijiste que hiciera algo
-¿Pero fuego?
La chica se encogió de hombros, le molestaba enormemente la inutilidad del chico, y que la hiciera ver como una inútil, pero más le avergonzaba y molestaba su propia idiotez, tenía razón, como iba a usar fuego contra esa criatura, viva o muerta era su elemento natural ¿O no? ¿Que haría su tío en aquella situación? Si algún día se enterase la mataría, estaba segura, se sentiría tan decepcionado de ella que siempre había estado tan segura de si misma
La segunda maldición, esta vez en francés, la murmuró para dentro suyo, no podía dejarse ganar tan fácilmente, este mundo estaría lleno de peligros, los habían, bueno, la habían preparado bien para poder enfrentarlos, por eso era la encargada de garantizar la vida de aquel molesto muchacho, era la destinada a cuidar de él y mantenerle vivo, estas reflexiones le hicieron sentir una frágil seguridad en si misma, apresuró sus labios en nuevos murmullos de un nuevo encantamiento, esta vez una gruesa pared verdiazul se elevó entre ellos y la bestia que estaba a solo unos cinco metros de donde se encontraban
La gigantesca cabeza miró aquel brillo que se inusitaba ante él y lo tocó con la cabeza, la sólida pared de energía no cedió ni un solo milímetro, si esa cosa hubiera sido capaz de provocar sonidos con su garganta hubiera rugido de furia o lanzado un alarido que hubiere sido capas de doblar de dolor a Ian y Lissy, pero en cambio la furia de sus acciones fue lo único que demostraba su estado de animo, comenzó a atacar esa pared con sus dientes y sus garras, claras marcas de una tonalidad amarillenta comenzaron a marcar aquello que parecía un vidrio con claras intenciones de quebrarse en pedazos ante los embates del dragón
-¿Eso no aguantará demasiado verdad?
-No, no lo hará
-¿Y luego que? ¿Corremos?
-Si, ese es mi plan
-¿Correr? ¿Hacia donde? ¿A otro callejón sin salida?
-Esta vez no, sigue el fuego, las llamas irán a la salida y tratarán de distraer esa cosa
Ian no se atrevió a contradecirla de nuevo, estaba murmurándole cosas a la llama que tenia en la mano, cuando la depositó en el piso vio que el pequeño fuego se dividía en al menos seis o siete llamas no más grandes que pelotas de fútbol, se separaron completamente por diferentes direcciones, al dragón aquello parecía llamar su atención, las observaba y encolerizaba, con más énfasis trató de romper la pared que lo alejaba de esos intrusos en su cueva.
Finalmente la pared mágica cedió convirtiéndose en un montón de fragmentos, Lissy gritó algo muy similar a “corre” y una de las llamas pasó entre las piernas del dragón, otra revoloteó por su derecha, dos por su izquierda y una se quedó dando brinco frente a las mandíbulas
Ian persiguió a una de las que pasaron por la izquierda y la chica una que fue por la derecha, el enorme monstruo no se demoró en comprender aquella confusión, dio dos dentelladas con la que apagó un par de llamas, otra desapreció de un coletazo y una mas debajo de una de sus patas, pero los chicos que brillaban a la luz de las llamas que perseguían, corriendo con todas sus energías, representaban un blanco increíblemente atractivo, y el gigante se apresuró tras ellos
Lissy apenas tenía aliento para murmurar algún hechizo, y lo urgente de la situación no le permitía concentrarse y recordar uno que fuera realmente útil, probó algunos al azar, intento un desprendimiento de rocas del techo sobre la criatura, pero o bien no se concentró lo suficiente o puede que no lo murmurara correctamente, las escasas piedras que cayeron sobre la criatura no llegaron a presentarle un estorbo, y paso a paso sus grandes zancadas iban acortando la distancia, fue un alivio cuando divisaron la hoguera junto a sus cosas y poco más adelante la claridad del sol filtrándose por la entrada de la cueva
Ian se giró tratando de imaginar que la criatura se habría rezagado, pero comprendió que aquello no había sido ni remotamente lo que pasaba, si hubiese tenido aliento lo hubiera sentido en la nuca, la gigantescas mandíbulas lanzaron algunas dentelladas en dirección al muchacho y le pasaron a escaso metro y medio, Lissy cuando percibió el resplandor blanco tan cerca de ellos sintió una oleada de terror.
Buscó en sus bolsillos rápidamente, en su segundo intento encontró lo que buscaba, era un puñado de semillas grandes, si no recordaba mal una variedad de habichuela, repitió jadeando un hechizo que conocía muy bien por su reiterado uso y en el siguiente intento del dragón por alcanzar a Ian se las lanzó a la boca, de haberse demorado un poco más no habría tenido oportunidad, porque el muchacho incluso había llegado a sentir la ligera brisa de aquellos dientes al chocar unos con otros.
Es verdad que el monstruo intento abrir las fauces para acertar el golpe final, pero de su boca salieron unas gruesas enredaderas que comenzaron  envolverlo, extendiéndose por sus extremidades y apresándolo rápidamente en un capullo vegetal, sus zancadas se hicieron lentas y descuidadas e incluso llegó a tropezar e irse al suelo, el estruendo hizo que ambos jóvenes voltearan y al ver la criatura meneándose en el piso se detuvieran a tomar un ligero respiro
-¿Porque no hiciste eso desde el comienzo?
-No se me había ocurrido
-¿Como que no se te había ocurrido? Esa cosa casi nos mata y esperas hasta ultimo momento para hacer algo que sirve para detenerlo, ¡¡por poco me saca la cabeza!!
-Pero estamos bien ¿O no? Así que no dramatices tanto
-¿Que no dramatice? ¿A quien se le ocurrió tocar esa cosa y hacerla enojar?
-Pero ya no puede hacernos nada, si siquiera puede ponerse de pie
Como una respuesta a esta palabras un sonido estridente llego desde la criatura, como si un cable a tensión hubiera llegado a su limite y se hubiera cortado, la cabeza de enorme monstruo logró moverse con relativa facilidad y sus poderosos incisivos mordían aquellas cuerdas entretejida de plantas que lo rodeaban, no tardo en liberar una pierna, un hala y momentos después intentaba ponerse de pie ayudándose con la cola
-¿Decías? – preguntó Ian
-Corre
La criatura en un brinco colérico se puso completamente de pie y se desembarazó de los restos de la planta que lo aprisionaba, apresuró su carrera y en cuestión de segundos estaba dando alcance a los chicos otra vez, Lissy corría hacia las mochilas sobre uno de los lados de la caverna, Ian lo hacia directamente a la salida cuando notó lo que la chica intentaba hacer
-Que demonios, déjalas, te comerá
-No podemos dejarlas, son nuestras cosas, ve a la salida
-Yo no
-¡Ve a la salida!
Ambos se dividieron sin dejar de correr, Ian refunfuñó pero no estaba tan loco como para detenerse a juntar las cosas, su vida estaba primero sin lugar a  dudas, Lissy sabía muy bien que sin aquel equipo tenían pocas posibilidades de sobrevivir en un mundo desconocido, y era cambiar una muerte rápida por una lenta y tortuosa
La criatura viendo que sus presas se separaban opto por perseguir a solo una de ellas, el chico iba hacia la salida, sus posibilidades de alcanzarlo eran menores, la muchacha era una presa mas pequeña, sus piernas cortas podían hacerla mas lenta, iba hacia un apartado donde seguramente podría atraparla ¿Serían tales las reflexiones de aquel ser o simplemente opto al azar por perseguirla? Es imposible saberlo
Cuando Lissy notó que casi podía tomar una de las mochilas sintió una dentellada detrás de si y un ligero jalón en algunos cabellos, no pensaba que el monstruo estuviera tan cerca, y creyendo que debía intentarlo salto hacia uno de los lados en el momento preciso que los dientes se serraban en el aire justo donde ella había estado un segundo antes
La chica cayó de lado dando vueltas, y la bestia no pudo parar de inmediato, para cuando intento hacerlo encontró algo resbaloso debajo de una de sus patas, había pisado una de las mochilas desparramando su contenido por el piso al aplastarla
Miró furiosa el obstáculo que se le había enredado entre los huesudos dedos, y entre sus fauces tomo el otro bulto prácticamente igual de grande y lo desgarró en partes como si con ello ahogara la rabia que sentía por la pequeña criatura que la había esquivado por tan poco.
La muchacha no necesito que nadie le explicara que intentar salvar aquellas cosas era un caso perdido, tendría que juntarlas una por una, allí estaba su ropa desparramada, un puñado de objetos encantados que pensaba su utilización podía ser útil, algunos libros con anécdotas y fábulas sobre Draconia que eran la fuente del escaso conocimiento sobre aquel mundo, herramientas, cuerdas implementos de primero auxilio, todo roto o desperdigado por el piso donde los dientes intentaban destruirlo todo enfurecido…
Cuando Lissy se puso de pie para huir  el dragón reparó en ella nuevamente, y la persecución se inicio nuevamente, ella ya no tenía mas aliento para correr en cambio aquellos huesos encantados parecían nunca agotarse, así que ni bien sintió el golpe del sol exterior contra su cara, y muy conciente que estaba a punto de ser alcanzada por esos colmillos intentó nuevamente saltar sobre uno de los lados y parapetarse detrás de una roca, donde le pareció distinguir que el chico la aguardaba escondido..
Al hacerlo se golpeo fuertemente el hombro lo que le produjo un dolor intenso y una gran lágrima recorrió su rostro mientras una mueca contracturaba su expresión, se sujetó como pudo la herida y se arrastró al lado del chico que miraba sobre la piedra que les servía de escondite
-¿Que diablos estás haciendo? ¿Quieres que nos encuentre?
-No puede encontrarnos, no puede salir de la cueva
-¿Y porque no podría…?
-Míralo tu misma
Lissy sintiendo calambres en las piernas por la carrera se sujetó del hombro del chico y observó la entrada, dentro de ella la gigantesca criatura bramaba de manera silenciosa mostrando su enormes fauces, pero no salía ni un solo centímetro de la cavidad, dio varias vueltas de un lado a otro y luego se adentró de nuevo en la misma, al cavo de unos minutos se oía claramente el sonido de cosas siendo desgarradas
-¿Nuestras mochilas verdad? ¿Esta comiéndose nuestras cosas cierto?
-Eso creo – fue la respuesta de Ian – al menos no somos nosotros
Se sentó de espaldas a la piedra para tomar un respiro, fue cuado vio que de la mano de Lissy caía un fino hilillo de sangre y se alarmó
-Tú brazo ¿Que te paso?
-Me golpee con una piedra al saltar, no creo que sea nada grave
-Déjame que lo vea
-Dije que no es nada grabe
-Y yo digo que quiero verlo, no voy a dejar que te desangres aquí
Ian intentó sujetar el brazo de la muchacha que hizo una mueca de dolor mal disimulada, intentó desgarrar aquello que parecía una camisa pero no pudo, o bien la costura y la tela eran muy fuertes o él era más débil de lo que había imaginado
-Vamos quítate esto, no puedo examinarte con eso puesto
-¿Estas loco?-la cara se encendió en una muestra de cólera y vergüenza
-No seas infantil ¿Recuerdas?
Ian sintió una enorme satisfacción en hacerle tragar a la muchacha sus reclamos usando sus propias palabras, ella no pudo oponerse y tan colorada y abochornada como podía estarlo desprendió su camiseta y con cuidado descubrió el lado derecho de su cuerpo, maldiciendo no llevar debajo más ropa que la interior
Pero si los ojos de Ian se posaron en algo más que la herida de su brazo supo disimularlo muy bien, o fuera quizás que ella miraba en otra dirección, como observando si había algún peligro, para no dejar que el descubriera lo ruborizada que se hallaba. Como todo un experto Ian presionó varios puntos alrededor de la herida preguntando cada vez si sentía dolor, Lissy trató de negarlo pero su rostro contrito, así no estuviese de frente, le indicaba al muchacho como actuar
No le pareció que fuera ningún hueso roto, ni parecía tampoco algo demasiado profundo, pero varios músculos estaban dañados, la roca había abierto una herida en el antebrazo que sangraba desagradablemente y no sería fácil hacerla cerrar por lo irregular de la misma, lo mejor que podía hacer era vendarla, pero tampoco tenía realmente con que hacerlo
Le pidió que aguardara, rodeó la entrada y se alejó hacia los matorrales cercanos, apenas un minuto después regresaba con un puñado de ramas flexibles un puñado de hojas y lo que parecía algún tipo de musgo, la cara de la chica podría haberse interpretado de muchas maneras, pero seguramente la más indicada sería que se estaba cuestionando si tenía la menor idea de lo que estaba haciendo o no
Parecía que si lo sabía, así que trató de evitar el gesto de repugnancia cuando uso aquel musgo para limpiar un poco la herida, luego coloco sobre ella las hojas formando una ligera capa, y finalmente usó las ramas de gran flexibilidad como si fueran vendas para sujetar las hojas en su sitio, ardía horrorosamente aquello pero al menos parecía que ya no sangraba, trató de mover un poco el brazo pero le dolía demasiado, así que Ian le ayudó a colocarse de nuevo la camiseta y que pudiera volver a cubrirse, le dedicó un asomo de sonrisa y volvió a desaparecer por el lugar que lo había hecho antes, Lissy estaba a punto de perseguirlo cuando lo vio volver con mas de aquellas ramas, en un rápido trenzado entretejió un cabestrillo y se lo paso a la chica por el cuello para que posara en él el brazo, al hacerlo sintió una ligera mejoría muy agradable
-Donde aprendiste a hacer esto
-Tu tío, siempre de niños jugábamos a curar heridas, claro el me mostraba ciertas hojas que eran buenas y otras que no lo eran, pero aquí no reconozco el follaje, estos árboles y estas plantas podrían ser de una variedad que no existe en al tierra y me atreví a arriesgarme e improvisar
-o sea que esas hojas bien podrían ser venenosas
- este… bien… si podrían...
-De todas formas gracias
-¿No sabes algún tipo de magia curativa?
-Si se mucha magia curativa, pero es mas fácil aplicarla a otra persona, la mayoría de mis conjuros y hechizos necesitan de mi mano derecha y no podría realizarlos, aun puedo preparar alguna poción si encuentro algunas plantas, o crear algún conjuro no tan fuerte, pero allí dentro use bastante magia porque los hechizos bajo presión no se me dieron muy bien y no quiero arriesgarme a usar magia curativa directa
-¿Te puedes mover sin problemas?
-Si creo que si, me lastimé el brazo no la pierna
-Bien, deberíamos ir al pueblo para que alguien vea esa herida
-Si creo que es lo mejor
Ian ayudó a que se pusiera en pie, y aunque vaciló pues sus piernas aun se negaban a responderle, negó más ayuda del muchacho que la había invitado a apoyarse en él, no habían caminado ni dos minutos localizando el sendero que habían visto hacia al poblado, cuando escucharon un verdadero bullicio que subía hacia la cueva, quedaron en silencio, medio protegidos por un recodo de espeso follaje escuchando con atención, fue cuando las primeras voces los alcanzaron
-Alguien ha despertado al guardián de la cueva sagrada, algún miserable ladrón
-Lo quemaremos vivo en la plaza
-Hay que registrarlo, quizás lleve cosas valiosas
-Eso si aun queda algo de él, si Nathyrus despertó debe estar descansando en varias partes
-Quien fuera era algún mago poderoso, sentí desde mi casa aquella magia, era extraña, debe venir de algún lugar muy lejano
-¿No sería un enviado del dragón negro?
-De haberlo sido habría sabido como detener a Nathyrus, fue el propio archimago quien le encargo custodiar la cueva
-Entonces debe haber sido alguien de la rebelión
-Es lo más probable
-Si encontramos su cabeza algún jinete nos dará una generosa recompensa
-Y si no la encontramos algún jinete vendrá a ver que ha pasado y tomará la nuestra en su lugar
-Maldición espero hallar ese intruso y entregarlo yo mismo
Los ojos de Lissy estaban desorbitados, las voces estaban demasiado cerca, incluso se llegaba a ver algo de movimiento entre las ramas que los estaba protegiendo, Ian no decidió prudente escuchar mucho más de aquella conversación, tomó a la chica por el brazo sano y la arrastró arrojándola entre unos arbustos, el se arrojó de inmediato a su lado, los pasos de la muchedumbre se detuvieron cuando ya estaban girando sobre el recodo que los había protegido
-¿Que fue ese ruido?
-¿Crees que sea el intruso?
-¿Que hubiera escapado de Nathyrus? Es imposible, debe haber sido un conejo hay muchos en esta zona
Parecían al menos unas cinco personas diferentes las que hablaban, pero Ian hubiera jurado que serían como mínimo treinta las que se acercaban y se hallaban detenidas a escasos metros de su escondite, no se atrevía a mirar entre las ramas por temor a que lo descubrieran, a su lado Lissy contenía las Lagrimas, al tirarla sobre el suelo había caído sobre su herida y hubiera deseado descargar su rabia gritando maldiciones pero tuvo que reprimirlas por su propia seguridad
Tras un prologado silencio uno de los hombres indicó que continuaran adelante y los demás lo siguieron, Ian estaba  punto de salir de su escondite cuando sintió pasos cortos y rápidos que se acercaban por el camino, una vez más alguien se detuvo muy cerca de donde estaban respirando agitadamente, Tomó aliento, parecía dispuesta a seguir al resto, pero cambió de parecer y dirigió sus pasos al escondite de los muchachos…

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