La muchacha
tardó unos minutos en darse cuenta de quienes estaban a su alrededor como si
acabara de despertar de una pesadilla, Ian estaba a punto de burlarse de ello
pero no se atrevió a hacerlo. La chica se puso de pie y miró alrededor, sus
ojos se clavaron en un punto remoto, ladera abajo
-¡Son ellos!
-¿Quienes?
-La secta de la
que te expliqué chico, suponía que habrían detectado la fluctuación de energía
entre los mundos, y no es difícil adivinar que nos habrán percibido al
trasportarnos, aunque Lissy usara un conjuro para borrar nuestras huellas, un
buen mago no tendría dificultades en ver nuestros rastro mágico en el espacio
intratemporal. Si llegan hasta aquí las cosas se podrán muy feas
-Tío debemos
apurarnos y llegar al límite de los mundos y abrir el portal
Las manchitas
oscuras estaban a la misma distancia que el portal, solo que en dirección
opuesta, Ian desconocía esto por supuesto, pero la idea de continuar la
caminata cuesta arriba y a un paso veloz para huir de perseguidores que no conocía
no le resultaba un aliciente motivador
-En esta zona
es difícil la transportación por las fluctuaciones del portal, por eso nos
aparecimos tan lejos – explicó Sensei – lo cual fue una suerte de lo contrario
ellos también podrían haberse aparecido a nuestro lado sorprendiéndonos. Pero
dudo seriamente que podamos mantener el paso hasta la coyuntura dimensional,
aun esta continuara acercándose a nosotros, no deben ser menos de doce personas
y por la diferencia entre sus uniformes me atrevería a decir que tienen cuatro magos
y unos ocho hechiceros
-Tío deberíamos
convocar más guardianes, son muchos
-¿No que ella
podría enfrentarse a una o dos docenas de estos tipos?
-Si podría-respondió
Sensei mientras iniciaban la huida veloz cuesta arriba y evitaba Lissy empezara
por probar su magia en Ian – pero ella necesita, como yo, conservar buena parte
de nuestra magia para abrir el túnel dimensional a Draconia, si enfrentamos a
estos hombres antes de abrir el túnel lo más probable es que mientras recuperáramos
nuestras fuerzas llegaran cien de ellos, lo importante, la prioridad, es que
ustedes viajen a Draconia, una ves estén fuera de su alcance regresaran de donde
han venido para explicar que han fallado, porque la alteración dimensional se
cerrará y no podrán seguirlos
-¿Pero, y si se
cierra como volveremos? – La inquietud del muchacho traslucía en medio de jadeos
y una mirada aterrorizada
-Eso no será
problema, tú dragón fue quien abrió la brecha desde el otro mundo, Lissy
simplemente completara la apertura desde el nuestro, cuando lo hallan
encontrado el dragón abrirá una nueva brecha para que puedan volver, Lissy debería
abrir desde allá la puerta, pero en caso de que no pudiera nosotros lo haríamos
desde aquí
Los hombres que
le perseguían no solo iban dándole alcance si no que comenzó a suceder algo que
para el pobre Ian parecía completamente extraordinario, la pequeña brisa que habían
sentido hasta el momento se convirtió en un enorme vendaval que arrastraba
gruesos copos de nieve y dificultaban la visión, y para desgracia suya, el
viento soplaba en contra del sentido en el que se movían, no solo cegándoles si
no que hacían su avance tortuoso. No necesitó que nadie le explicara que aquel
temporal no era un capricho de la naturaleza, ya que solo estaba por un par de cientos
de metros a su alrededor, sus perseguidores se encontraban, según divisaba por
ocasiones, en medio de un día despejado, disminuyendo notoriamente la distancia
que los separaba
El medio de esa
tormenta de nieve Lissy sacó un pequeño libro y comenzó a leerlo mientras corría
ladera arriba, eso dedujo el muchacho, cuando encontró lo que buscaba recitó
varios versos en latín bastante nítidos, la traducción más aproximada que el
muchacho podría interpretar hubiera sido “fuerzas de la naturaleza, que se
mueven en contra de su voluntad, soy protectora de la vida, les pido su serenidad”
El resultado
fue hermoso, una luz celeste clara se desprendió de la piel de la chica y lo
inundó todo, los copos de nieve se derritieron en contacto de esa luz que los
envolvía como una burbuja rodeándoles a unos 10 metros de distancia, y se
mantenía constante, impidiendo el frío, la nula visión o el viento que momentos
antes intentaba detener su avance, fue cuando Sensei se detuvo solo unos
segundos
Se giró en
redondo aún dentro de la burbuja, su piel brillo de un amarillo muy pálido, un
nuevo viento, esta vez tibio, parecía salir de su ropa poco apropiada para el
frío de aquel lugar, y enterró la mano unos veinte centímetros en la nieve. Dos
segundos después se levantó frente a ellos una muralla de tres o cuatro metros
de escombros y hielo, la cual comenzó de inmediato a rodar como una avalancha
ladera abajo, Sensei no se quedó a ver el resultado de su magia, si no que por
lo contrario apresuró su paso para aprovechar el momento y alejarse de sus
perseguidores
Ian no dejaba
de voltear una vez y otra, le parecía casi increíble que aquellas personas
hubieran creado con magia la ventisca a su alrededor, que la niña que los
acompañara hubiera creado una burbuja protectora dentro de la cual ni siquiera
hacia realmente frío y Sensei había provocado un derrumbe hundiendo su mano en
la nieve solo unos cuantos centímetros…
Un estruendo
ensordecedor sonó mucho más cerca de lo que el anciano hubiera imaginado sobresaltándolos
a todos, algo extraño brillaba no muy detrás de ellos y la avalancha provocada
se dividía en dos, al concluir, el grupo perseguidor escaló hábilmente la pared
de un par de metros que el derrumbare había provocado al esquivarlos
mágicamente y continuaron la persecución, pero esta vez no lo hacían
pasivamente
Bolas de nieve
del tamaño de balones playeros viajaban hacia el grupo de Ian y se estrellaban
a su alrededor como si alguien lanzara cañonazos, algunos incluso impactaban
contra la burbuja creada por Lissy, y aunque se derretían en el acto, esta vacilaba
como si fuese una pompa de jabón a punto de estallar. A las bolas de cañón le
siguieron lo que parecían arpones de hielo y unos minutos después una tormenta
oscura se desató en el cielo y una furiosa red de relámpagos lo cubrió de un
extremo a otro, como una telaraña comenzaron
descender a tierra chocando a corta distancia del trío que ya no sabía
como apresurar sus pasos
Sin embargo la
fortuna estaba destinada a ponerse de su lado en algún momento y en medio del vendaval
y la granizada que comenzaba a caer con el tamaño de pelotas de tenis, lograron
divisar los tres un resplandor violáceo sobre una cumbre entre dos árboles sin
hojas, un poco hacia la derecha de la dirección a la que se movían, era la
distorsión que unía ambos mundos y estaba bastante más cerca de lo que
pensaban… pero la alegría duró demasiado poco…
Nuevos
relámpagos surcaron el aire, pero estos provenían de sus perseguidores y
emanaban de sus dedos muy similares a como había visto hacer a Lissy poco antes
contra él, pero los rayos no iban por ellos, si no que estrujaban con violencia
la fisura temporal y… la alejaban… como si la empujaran…
-A no, eso si
que no – Murmuró Sensei extendiendo sus propias manos hacia la distorsión,
creando nuevos lazos de electricidad que a su vez evitaban que la apartaran de
ellos
La lucha parecía
salida de un extraño cuento infantil de ciencia ficción, era como ver dos
dioses peleando entre si usando magia divina, pero aquello no era un cuento ni
una serie de televisión, era real y estaba sucediendo… Lissy tuvo la intención
de ayudar a su tío pero este la detuvo advirtiendo que conservara fuerzas, los
rayos de los agresores y de Sensei estallaron en una increíble llamarada purpúrea
que iluminó el cielo oscuro y con un estallido atronador que se oiría a muchos
kilómetros de distancia…
Reunieron
fuerza de donde estaba comenzando a escasear y corrieron la escasa distancia
que los separaba, Lissy no tardó ni dos minutos en realizar un complicado
entramado en la nieve dentro de su burbuja protectora, Ian se apartaba mientas
ella iba y venia dibujando líneas, jeroglíficos, palabras y números de los
cuales casi no logró distinguir ninguno, Sensei se tomó dos minutos para
apartarlo a un lado, de uno de sus
bolsillos extrajo un libro de tapas duras y gastadas que recoció en el acto
-El “Draco Santorum”,
pensé que jamás lo habías saco de tu tienda
-Es la primera
vez que ve el sol en muchísimos años, pero si vas a emprender este viaje deberás
leerlo, quiéralo tu madre o no, llévalo contigo, estúdialo, aquí descubrirás
todo lo que necesitas saber de tu destino
-¿No puedes
venir con nosotros? ella me da miedo, es solo una niña, tendré que cuidarla ¿Y
si le pasa algo?
-No confíes en
las apariencias, ¿No habrías esperado que yo tenga 200 años verdad? Además ya
te expliqué, atravesar esta puerta para mi podría ser mortal, y muerto no sirvo
de nada ni en este mundo ni en aquel, y no es que muchos darían con gusto su
vida por visitar Draconia, pero debo asegurarme de volver y explicarle a tu
madre lo que esta pasando, cuidar que nadie quiera hacerle nada… - algo
puntiagudo paso entre ellos disolviéndose por la burbuja a medias, Lissy se veía
en dificultades para concentrarse-Discúlpame muchacho, pero llevo casi esos 200
años esperando el momento de demostrar que soy útil a la causa, y es un orgullo
estar aquí en este momento, mantente dentro de esta protección has todo lo que Lissy
te diga, ella te enseñará todo lo que necesites, tras su apariencia orgullosa
es una buena chica, no tardaras en descubrirlo
-¿Pero?
-Una cosa más –
añadió regresando solo la mirada-Si en Draconia logras encontrar una piedra del
mago… agradecería mucho que trajeras una a tu regreso
Con una sonrisa
en los labios salió fuera de la burbuja a la tempestad que se desataba, Ian sin
saber porque sintió una punzada en su corazón de tristeza, tenía miedo de
perder a su madre… sentía que perdería también a su padre, por segunda vez…
¡¡¡Pero lo que
sucedió después no tenía presente alguno en la tierra!!!
En la dirección
que había salido el anciano hubo una poderosa explosión y la increíble tormenta
desatada sobre ellos se fue disolviendo, hasta que mostró al viejo rodeado de
una poderosa aura celeste, con un fuego de intensos colores azules que subía
hasta el cielo mismo, la ropa otrora raída y gastada estaba inmaculadamente
blanca y oscilaba en un viento que Ian no lograba sentir y que no movía ni un
solo copo de nieve depositado en el suelo a sus pies… parecía una túnica hecha
de energía, como la que solían usar para representar los enviados de Dios en
las películas, y a Ian le pareció nada menos que estar viendo la
personificación de un Ángel… y así fue como comenzó la batalla…
La docena de
sujetos estaba a no mas de doscientos cincuenta metros contra Sensei a algo menos
de la mitad de esa distancia, juntando sus manos creo una esfera de energía flamígera
de un color claro que lanzó contra el grupo que se dispersó rápidamente para
evitarla, al caer entre ellos explotó como si hubiera sido una granada y los aventó
por el aire, uno del grupo no se levantó, otros tres quedaron totalmente
aturdidos en el piso, pero dos de los magos respondieron con similares técnicas
contra el anciano, y los hechiceros que se pusieron en pie movían sus labios
con frenetismo, algunos hacían brillar sus ojos, otros sus manos, uno logró que
el brillo se extendiera a la nieve a su alrededor, Ian sabia que se deponían a atacar
al hombre que arriesgaba la vida por salvarlo y tuvo el heroico instinto de ir
en su ayuda. Fue cuando la voz de Lissy lo detuvo
-Ni se te
ocurra dar un paso afuera del escudo, demasiado trabajo tiene mi tío cuidando de
nosotros para que tu vallas a entorpecer la pelea, y ni se te ocurra protestar
o moverte de donde estás, yo también debo concentrarme
Fue todo lo que
dijo la muchachita, y fue suficiente para que Ian quedara clavado en su lugar
como una estatua de hielo, no supo si la chica lo había hechizado, si de pronto
había comprendido que entorpecería lo que ambos estaban haciendo, al fin de cuenta
por él, si el miedo lo había paralizado, o si el espectáculo lo había asombrado
de tal manera que mágicamente había paralizado todos los músculos de su cuerpo,
lo cierto era que estaba viendo algo con lo que el más fantasioso escritor de
ciencia ficción y el mas talentoso director de Holliwood solo podría haber llegado
a soñar
Los ataques de
la docena de enemigos eran tan variados como su propia imaginación se lo
hubiese permitido, bolas de nieve del tamaño de autos pequeños, picos de hielo
grandes como una persona, rayos del tamaño de gigantescas serpientes,
llamaradas de fuego de más de un metro de diámetro, todo dirigido al poderoso
anciano que resplandecía en su halo de magia luminiscente…
Quien hubiera
imaginado a esa edad aquel hombre conservara su destreza, su fuerza y agilidad,
o quien imaginaria entonces a que precio se vanagloriaba de ella, con un ademán
de su mano desvió las bolas de nieve, con fuerza sobrehumana golpeó
desintegrando el fragmento de hielo, y mientras aquellos rayos envolvían su
mano izquierda la derecha provocaba un torrente de agua que apagaba el fuego abrasador…
Por algún
motivo la preocupación de Ian se concentró en 4 miembros del grupo que ajenos a
la batalla se hallaban reunidos en una danza tétrica que inspiraba temor, a sus
pies el suelo nevado brillaba con una forma ligeramente estrellada que se podía
apreciar por la altura desde la que el muchacho observaba la contienda.
Uno de los
magos arrojó algo que parecía agua por su boca, pero de un color verde muy
intenso y traslúcido, por suerte Sensei logró esquivarlo, dejando que los rayos
azules lograran inmovilizar su pierna izquierda, porque esa cosa verde
desintegró al pobre árbol que había estado detrás del anciano como lo hace una
nuez al asestarle un martillazo
El temblor que
recorría el cuerpo de Ian ya nada tenía que ver con el frío que pudiera haber
sentido, sentía miedo, terror, verdadero pánico como jamás lo había soñado en
la vida. Y allí, a menos de 100 metros un pobre anciano usaba magia desconocida
para él contra una docena de personas, que sin verdaderas razones lo perseguían,
incluso llegó a deslumbrar la idea de entregarse a ellos y así no le harían
daño a Sensei y su sobrina, pero por otra parte sentía que no había ninguna
seguridad que esos perseguidores que le atacaban a matar tuvieran la menor
clemencia contra un par de muchachos y un anciano.
Un estruendo
poderoso lo apartó del hilo de sus pensamientos, su pequeña distracción lo
había apartado lo suficiente de la batalla, ahora al menos había cuatro hombres
de negro dispersos por el suelo sin moverse lo más mínimo, ya fuera desmayados
o muertos Ian lo ignoraba, pero el resplandor de los hechiceros llegó a su
punto culminante, de la figura a sus pies emergió algo que solo podría
describirse como una gigantesca serpiente de hielo, rocas y otros elementos
similares.
Creció diez,
veinte, treinta metros de altura como una extraña criatura antediluviana, lanzó
un rugido estridente que hizo vibrar el aire y a su paso arrastro unos cuantos árboles
como si fueran miserables escarbadientes, se dirigía a Sensei, Ian le gritó con
toda la fuerza de sus pulmones que tuviera cuidado, pero los estampidos del
exterior apenas le permitieron oírse a si mismo como un susurro
Pero el anciano
no ignoraba la creación de aquella
criatura, era imposible pasarla desapercibida, la primera vez que intentó
envestirlo consiguió eludirla saltando magistralmente varios metros hacia el
lado izquierdo, desde el cual las líneas eléctricas aun lo sujetaban limitándole
su movilidad, pero en la siguiente oportunidad, aun con un esfuerzo supremo
saltó en sentido contrario, la criatura con sus gigantescas fauces atrapó los
rayos eléctricos desintegrándolos
Las personas al
otro extremo de los mismos sufrieron una fuerte sacudida y saltaron por el
aire, cayeron sobre la nieve mullida y algo aturdidos no tardaron en ponerse de
pie aunque se los notaban mareados y con dificultad en caminar, el grupo que mantenía
el conjuro de la serpiente gigante
parecían dirigirla a través de sus miradas y gestos con las manos.
Sensei corría en una y otra dirección, pero poco podía hacer por esquivar la
serpiente gigante, las esferas de luz y cualquier variedad de bolas de nieve y
otros elementos que caían sobre él de todas partes, hacía cuanto podía por
defenderse…
Ian no logró
ver que fue exactamente lo que lanzó a la boca de la bestia, esta estalló en
mil pedazos y el gigantesco animal de hielo se sacudió como si agonizara, sin embargo
una nueva cabeza volvió a crecer y otra… cuando volvía a hacérsela estallar.
Se pronto se abrió
una grieta bajo los pies del anciano y fue en parte una suerte, porque desapareció
por la abertura al tiempo que la criatura trataba de envestirlo sin poder pasar
por el orificio, Ian se sobresaltó atemorizado, hasta que unos momentos después
lo vio salir, con dificultad y rengueando, por otro extremo de la apertura a
unos cuantos metros. Los hechiceros no tardaron en descubrirlo y la criatura
por ellos creada se volteó saliendo en su persecución, pero esta ves Sensei
estaba preparado, hundió sus manos en la nieve tomando una gran cantidad de
esta y la arrojó al aire, de inmediato creció con forma de una extraña ave
hasta alcanzar en segundos mas de 50 metros de envergadura y comenzó a pelear
con la gigantesca criatura de los hechiceros
Sensei estaba
exhausto, su mano recorrió una ves más la nieve a su alrededor y crecieron al menos
una veintena de criaturas de tres o cuatro metros de alto, similares a gigantes
hombres de las nieves, literalmente hechos de ella, y avanzaron con prisa hacia
el grupo de magos que inmediatamente intentaron defenderse con poco éxito, la
magia que arrojaban contra las criaturas no les hacía mayores daños.
La batalla por
fin dio un giro favorable, los magos y hechiceros peleaban contra esas pequeñas
bestias, el águila gigante estaba doblegando con fiereza la serpiente, y el anciano
aprovechó a canalizar todo lo que quedaba de su poderosa magia en dirección al grupo que controlaba la
serpiente, lanzó hacia ellos una magia extraña y poderosa, de un color platinado
con vetas de un maravilloso dorado resplandeciente, los pobres hombres no
tuvieron ni oportunidad de apartarse cuando aquello golpeó en el medio del
circulo del que nacía la serpiente
La criatura se derritió
disolviéndose rápidamente, los hechiceros saltaron por el aire con la fuerte explosión
y cayeron a varios metros, la gigantesca águila, viendo destruida su presa se
lanzó en persecución de los demás magos que peleaban fieramente con los
gigantes de nieve, descubriendo que no tenían más remedio que emprender la huida
Los elementos
se fueron calmando a su alrededor, la burbuja rosa comenzó a fluctuar hasta
disolverse por completo, Ian se lanzó a la carrera hacia el viejo que estaba de
rodillas en el piso respirando con dificultad
-Sensei, Sensei
-Estoy bien Ian,
estoy bien, déjame recuperar el aliento
-¿Que fue todo
eso?
-Magia Ian,
Magia de verdad. En Draconia es tan común una batalla así como aquí lo son las
que se usan pistolas y garrotes… Ven ayúdame a ir con Lissy que me duele un
poco la pierna
-¿Y como harás
para volver si nos vamos?
-Cuando ustedes
se marchen la distorsión desaparecerá, me apareceré en el gremio de los guardianes,
allí explicaré lo sucedido antes de ir por tu madre
El chico no
quiso pedir más explicaciones, lo ayudó permitiendo que se apoyara ligeramente
en el hombro y volvieron donde Lissy que ya había terminado de realizar sus
dibujos en el piso hacía rato sin que el chico lo notara, y estaba a uno de los
lados, arrodillada, con una leve fluorescencia en su Piel, murmurando lo que
sin duda eran antiguos conjuros de su pequeño libro, abierto frente a ella
-¿Vas a
ayudarla?
-No puedo hacer
nada hasta que termine de hacer el conjuro, pero cuando deba abrir la puerta
definitivamente usaremos toda mi energía para evitar que use la suya, hay que
prever que quizás tengan alguna dificultad al llegar al otro mundo y ella pueda
necesitar recurrir a sus habilidades
-¿Será
peligroso?
-Lo siento Ian,
no lo se. Pero me temo que es muy probable que lo sea. El mago oscuro intentará
evitar que ustedes encuentren el dragón. El sabe que si ustedes lo encuentran
podrán detenerlo y en no quiere que nadie lo detenga, realmente planea conquistar
todo su mundo y luego el nuestro.
-Como un dragón
podrá detener a un mago, de verdad no puedo entender todo esto
-Lo descubrirás
todo cuando leas el Draco Santorum, no buscas cualquiera chico
-¡Claro! Como
hay tantos dragones debo hallar a uno en especial…
-¿Porque crees
que van a Draconia? En ese mundo los dragones no son algo tan inusual, o no lo
eran en la época que se escribió ese libro, esperamos que no los hayan
exterminado como se hizo en la tierra
-¿Existían dragones
en la tierra?
-Claro que si, se
extinguieron en la última gran batalla, cuando ambos mundos se comunicaron, por
suerte en Draconia sobrevivieron y es tu misión buscar uno en especial, el
místico dragón dorado. El rey de los dragones
-¿El rey de
los…?
-Tío, ahora
El anciano no
se detuvo a dar explicaciones, se apresuró a colocarse del lado opuesto del
dibujo que su sobrina había realizado, apoyando sus manos en él y de inmediato
se iluminó fuertemente
-Ahora Lissy –
Exclamó con todas sus fuerzas
La chica se
puso de pie, rodeó las figuras que brillaban fuertemente azul con destellos que
se elevaban hasta el cielo, tomo a Ian de la mano y lo jaló hacia el interior,
lo último que el muchacho supo de aquello fue un calor incandescente que le
quemaba desde dentro, una luz lo cegaba todo y luego una fuerte oscuridad…
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